Jornadas de taller, reflexión y debate sobre el papel de los espacios globales y genéricos como lugares sociales en la ciudad contemporánea: ¿cómo abordar el análisis de uno de los elementos más reconocibles como una materialización concreta de la globalización, las franquicias transnacionales de comida rápida y cafeterías, desde su condición de espacios arquitectónicos y urbanos que acogen múltiples usos ciudadanos, tanto formales como informales?
Espacios globales, ¿refugios urbanos? es una actividad impulsada por Ergosfera que se desarrolló los días 21, 22 y 25 de abril en Barcelona como parte del programa +Model del Model - Festival de Arquitecturas de Barcelona 2023.
INTRODUCCIÓN
Tras medio siglo de expansión por el mundo, los espacios globales y genéricos, particularmente aquellos de acceso público y carácter estancial como las franquicias transnacionales de comida rápida y cafeterías, son lugares sociales contemporáneos y representan un fenómeno suficientemente importante como para requerir un análisis profundo y desprejuiciado, al menos desde los campos en los que la crítica a sus problemas admite matices, como la investigación arquitectónica y urbana o la práctica artística y cultural.
Siendo Barcelona una ciudad donde existe un importante debate social sobre los impactos del turismo y la globalización, estas jornadas tratan de ofrecer una mirada exploratoria sobre uno de los elementos que concentra la mayor parte de las críticas a estos procesos: desde el reconocimiento de su condición de experimento primitivo de espacio global y de las posibilidades que abren sus condiciones arquitectónicas, urbanas y de gestión, se trabajarán cuestiones como la de qué los hace diferentes entre sí y con respecto a otros espacios estanciales (tanto públicos como privados) o qué usos populares se derivan de esta singularidad.
Sabemos que en Hong Kong o Los Ángeles son un espacio estancial de primer orden para las personas sin hogar; que en A Coruña o Madrid son un lugar iniciático en su autonomía social para adolescentes y pre-adolescentes; que en Tokio o Nueva York son un espacio accesible en el que pasan el tiempo las personas mayores; o que en Londres o Roma sus aseos se utilizan como servicios públicos sin necesidad de consumo. Ahí están las pistas del tipo de empatía radical que proponen y ahí se materializan tres de los cinco ejes temáticos del festival, pues los estudios realizados hasta ahora sugieren que estos espacios pueden llegar a funcionar, de forma diferente en cada contexto, como auténticos nodos urbanos de mezcla entre-culturas, entre-clases y entre-generaciones.
Con un formato taller de tres jornadas y trabajando a partir de las propias experiencias de las personas participantes y del análisis de un caso concreto en Barcelona (el entorno de la Sagrada Familia, uno de los enclaves turísticos más importantes de Europa), nos preguntaremos cómo evaluar desde el interés público y comunitario un tipo de lugares que, aún siendo una de las expresiones más nítidas del capitalismo mundial integrado y de sus problemáticas derivadas, son también una realidad compleja que diversos colectivos sociales pueden llegar a considerar y utilizar como refugios urbanos (en términos de espacios de socialización elementales, pero también de necesidades básicas y supervivencia).
ACTIVIDADES1ª Jornada | Viernes 21 de abril | Biblioteca Fort Pienc
12:00-14:00 | Presentación inicial sobre los espacios globales y genéricos a partir de los materiales del proyecto McDonald's: el lugar frente a la metáfora (Ergosfera)
16:00-19:00 | Sesión de taller: composición de un modelo de análisis sobre las condiciones arquitectónicas, urbanas y de gestión de estos establecimientos a partir de las experiencias personales de las personas participantes
2ª Jornada | Sábado 22 de abril | Entorno de la Sagrada Familia
12:00-17:00 | Sesión de taller: análisis in situ de los diez establecimientos de franquicias transnacionales situados alrededor de la Sagrada Familia (KFC, McDonald's, Starbucks, Domino's Pizza, Subway, Burger King, Papa John's, Five Guys, Taco Bell y Ben & Jerry's)
3ª Jornada | Martes 25 de abril | Biblioteca Fort Pienc
12:00-12:30 | Presentación de los resultados del taller
12:30-14:00 | Debate abierto con las personas participantes y el público asistente
ASISTENCIA E INSCRIPCIONES
Las presentación inicial y la jornada final (viernes 21 y martes 25 de 12:00 a 14:00 h) serán abiertas al público y de acceso libre, pero las sesiones de taller de los días 21 y 22 tendrán un número máximo de participantes de 20 personas, por lo que es necesaria la inscripción previa enviando un correo electrónico a contacto@ergosfera.org.
La única condición para participar en el taller es tener algún conocimiento en base a la experiencia personal en alguno de los establecimientos de franquicias transnacionales de comida rápida y cafeterías sobre los que trabajaremos.
MATERIALES PREVIOSBIBLIOGRAFÍA
En el apartado de referencias del proyecto McDonald's: el lugar frente a la metáfora se puede consultar una extensa bibliografía centrada en el caso de McDonald's, pero que puede resultar útil para estudiar el fenómeno en general de las franquicias transnacionales de comida rápida y cafeterías. En particular y como introducción resumida a las jornadas se pueden leer tres documentos que, desde formatos muy diferentes, sugieren interesantes debates y modos de lectura de estos lugares:
Manuel Vilas. «MacDonald's». En: Manuel Vilas. Resurrección (Visor, 2005).
Mark Fisher. «Deseo poscapitalista». En: Mark Fisher. Realismo capitalista: ¿No hay alternativa? (Caja Negra, 2016) [Publicación original: Mark Fisher. «Post-Capitalist Desire». En: Federico Campagna y Emanuele Campiglio (eds.). What We Are Fighting For: A Radical Collective Manifesto (Pluto Press, 2012)].
ESTABLECIMIENTOS DE FRANQUICIAS TRANSNACIONALES EN EL ENTORNO DE LA SAGRADA FAMILIA EN BARCELONA
Documento para contextualizar en Barcelona el análisis de los establecimientos estanciales de franquicias transnacionales de comida rápida y cafeterías a partir de la representación de la línea temporal de las doce franquicias que abrieron los catorce locales de este tipo situados en el entorno de la Sagrada Familia, cuatro de ellos ya cerrados y diez en funcionamiento en la actualidad.
[Documento actualizado tras la realización del trabajo de campo y disponible en el apartado materiales producidos]
Se trata de un material de apoyo para la sesión de taller de la segunda jornada en la que se analizarán in situ estos diez establecimientos. Un gráfico muy elemental, pero que puede ayudar a entender el fenómeno en su escala histórica, tanto a nivel del proceso de expansión global de cada una de las franquicias y del grado de reconocimiento popular o institucionalidad que eso les confiere, como desde la perspectiva local de las posibles condiciones diferenciales derivadas de la antigüedad de cada uno de estos diez establecimientos concretos que se van a estudiar.
¿Es percibible el diferente recorrido histórico y nivel de globalización de cada franquicia o sus condiciones arquitectónicas, urbanas y de gestión sólo están determinadas por una lógica capitalista de abstracción y presente continuo? ¿Hay diferencias materiales entre un Ben & Jerry's con dos años de antigüedad y un KFC con treinta o los criterios de temporalidad se desvanecen en los espacios globales y genéricos por su continuo proceso de renovación física y de personal?
DESARROLLO
Las jornadas no se desarrollaron según estaba previsto inicialmente, ya que las actividades públicas propuestas fueron un fracaso en términos de participación y durante las tres jornadas solo asistió una persona a la primera sesión de taller del viernes 21: Enric Villavieja Martínez, un arquitecto e investigador con el que, tras una breve presentación del proyecto en la biblioteca Fort Pienc, recorrimos el entorno de la Sagrada Familia comentando los distintos locales objeto de estudio, las actividades ciudadanas a su alrededor y las dinámicas urbanas del ámbito donde se encuentran. Una conversación muy fructífera que, aunque no podía sustituir al trabajo de deliberación colectiva que estaba planteado, nos ayudó mucho a contextualizar el proyecto de investigación vehiculado a través de estas jornadas.
Debido a esta circunstancia, el trabajo de campo en los establecimientos de franquicias transnacionales situados en el entorno de la Sagrada Familia, que se había planificado para hacer de forma colectiva en la segunda sesión del taller, se realizó por nuestra parte los días 20, 21 (junto a Enric), 22 y 24 de abril durante un total de 17 horas.
Se trata así de un proceso de observación limitado que, aunque incluyó días de la semana diferentes (jueves, viernes, sábado y lunes), se centró en una franja horaria concreta (de 12:00 a 16:00 principalmente y de 16:00 a 19:00 con menor intensidad), ya que la identificación de las actividades informales depende en gran medida del reconocimiento de patrones y de personas y colectivos habituales, por lo que se decidió concentrar el trabajo de campo en el horario de la comida.
A falta de esa primera sesión de trabajo en grupo en la que pensar y decidir qué modelo de análisis poner en práctica in situ en la segunda sesión, el trabajo de campo realizado abordó finalmente tres cuestiones:
La recopilación de una serie de datos básicos sobre los servicios disponibles y las condiciones de cada uno de los establecimientos.
La descripción del funcionamiento de los locales en términos de organización espacial, circulaciones y posibilidades de control.
La identificación de los usos ciudadanos informales que acogen en la actualidad.
Por último, es necesario mencionar que si bien en el documento inicial se analizaron catorce establecimientos, incluyendo los ya desaparecidos, al comenzar el estudio de los diez locales existentes en la actualidad se descubrió que dos de ellos (Papa John's y Domino's Pizza) no disponen de espacios estanciales en su interior, ya que se trata de lugares para recoger la comida que solo cuentan con pequeños espacios de espera utilizados principalmente por las personas que realizan el reparto a domicilio. Como se trataba de analizar in situ estos establecimientos desde la perspectiva de sus usos públicos, se tomó la decisión de estudiar únicamente los ocho que cuentan con espacios estanciales y que además son los más cercanos a la Sagrada Familia: KFC (abierto en 1993), McDonald's (1996), Starbucks (2003), Subway (2010), Burger King (2011), Five Guys (2018), Taco Bell (2018) y Ben & Jerry's (2021).
MATERIALES PRODUCIDOS
Los documentos compartidos a continuación son el resultado de los estudios previos y del trabajo de campo realizado en Barcelona:
Un documento inicial compuesto por un gráfico con las líneas espacio-temporales de cada uno de los catorce establecimientos y de las diez franquicias transnacionales que han estado o están presentes en el entorno de la Sagrada Familia. Un estudio del contexto histórico desde la perspectiva del proceso de globalización y una representación del tiempo como categoría problemática para unos espacios genéricos que parecen materializarse únicamente como presente continuo.
Una pequeña selección de imágenes de cada uno de los ocho locales finalmente analizados en el trabajo de campo.
Un documento final en el que se recopilan una serie de gráficos para representar los datos obtenidos sobre las tres cuestiones abordadas en el trabajo de campo.
NOTAS Y CONCLUSIONES
Aunque la pequeña escala de este proyecto no permite dedicarle el tiempo necesario para elaborar unas conclusiones en profundidad a partir del análisis de los datos recopilados y de los materiales gráficos producidos, sí se comparten a continuación una serie de notas sobre algunas cuestiones concretas:
SOBRE LOS USOS INFORMALES IDENTIFICADOS
Los usos informales detectados durante el trabajo de campo fueron los siguientes:
Hacer uso de las instalaciones sin consumir: utilizar los aseos, pasar el rato sentade en el mobiliario interior o en el exterior de las terrazas, conectarse a la red wifi gratuita, recargar aparatos electrónicos en los enchufes o servirse algo para beber en las máquinas de autoservicio de bebidas.
Pedir limosna en el interior del establecimiento.
Sentarse en el umbral, el alféizar o la fachada del establecimiento.
Aunque se detectó algún uso estancial aparentemente vinculado a la pobreza y a situaciones problemáticas en términos de salud mental, en general parece que el nivel de intensidad de las actividades informales detectadas es menor que en otros casos estudiados últimamente en los que el concepto de refugio urbano se muestra con gran nitidez.
Una posible explicación es que se trata de un entorno urbano muy particular: un enclave turístico global ultraespecializado, pero de "turismo cultural", ya que todo gira en torno a la basílica de la Sagrada Familia y la intensidad de los flujos turísticos* se diluye de una forma muy sensible solo una manzana más allá de su perímetro (se supone que, entre otras cosas, porque una buena parte de estos flujos aparecen y desaparecen por las cuatro bocas de metro que rodean a la basílica). Se trata, por lo tanto, de un ámbito más "tranquilo", por ejemplo, que otras zonas de la ciudad más vinculadas al ocio y a la hostelería (y a la exaltación derivada del ánimo festivo propio del turismo mediterráneo) o que simplemente son más complejas programáticamente y las actividades urbanas son más diversas y conflictivas en el más amplio sentido de la palabra. Además, los tiempos y ciclos de la vida urbana en el ámbito también están muy definidos por el horario de apertura de la basílica (de 9:00 a 20:00 en esta época del año), por lo que a partir de su cierre el entorno se vacía considerablemente de actividad, aunque como se mencionó anteriormente, en esta pequeña investigación no se abordó el análisis de todo lo que sucede en estos establecimientos a partir de las siete de la tarde.
* En 2022, la basílica de la Sagrada Familia recibió 3,78 millones de visitantes, una cifra que corresponde solo a las personas que entraron en el templo, algo más de 10.000 cada día. Teniendo en cuenta que, según un estudio del Ayuntamiento de Barcelona en 2016, el 80 % de las personas que visitan la Sagrada Familia no entran en el templo, el entorno habría recibido en 2022 casi 19 millones de turistas, más de 50.000 personas al día.SOBRE LAS PRINCIPALES CONDICIONES DE POSIBILIDAD DE LOS USOS INFORMALES
Los parámetros clave que determinan las condiciones de posibilidad de estos usos informales parecen ser fundamentalmente tres:
El modo de gestión en términos del papel que juega el personal fuera del mostrador.
El concepto de mostrador-frontera, que en principio define al modelo de restauración de autoservicio (la separación total entre un espacio privado donde está el personal laboral y un espacio de acceso público donde la gente autogestiona su estancia), depende en buena medida del papel del personal que traspasa esa línea. Aunque todos los locales cuentan con personas fuera del mostrador, estas pueden estar constantemente o solo en momentos puntuales o cíclicos y, con un impacto más relevante, pueden tener un papel exclusivamente ligado al trabajo de recogida y limpieza del local (junto con labores informativas en el caso de que se solicite) o puede tener un papel en el ejercicio de un control activo del espacio.
Se considera que existe este control activo cuando el personal que se encuentra fuera del mostrador gira la mirada cada vez que entra alguien, pregunta qué hacen o qué quieren a las personas que al entrar no van directamente a la zona de pedido o abordan a la gente que anda por el local sin estar aparentemente consumiendo, una situación que se identificó como práctica habitual en dos de los locales analizados (KFC y Five Guys). En este sentido, en otros establecimientos de estas mismas ocho franquicias se detectaron variaciones muy sensibles respecto a esta parte concreta de su forma de gestión, por lo que parece que se trata de un protocolo de comportamiento establecido al nivel de cada local. Así pues, la fina línea que define las diferentes formas de interacción del personal con la gente en los espacios privados pero de acceso público de estos establecimientos determina de alguna manera la propia existencia o no del concepto de mostrador-frontera, lo que a su vez condiciona la aparición de los usos informales de una forma muy sensible.
Por otra parte, en ninguno de los establecimientos visitados se observó la presencia de personal propiamente de seguridad, una cuestión muy común no solo en otros países, sino en otras zonas de Barcelona. Por ejemplo, el Burger King de la plaça d'Urquinaona o el McDonald's del carrer de Pelai sí cuentan con esta figura, que, de nuevo, puede desempeñar diferentes papeles: desde ser una persona uniformada de una compañía de seguridad privada, pero que está en la puerta sin moverse y sin la más mínima interacción con las personas usuarias a no ser que haya algún tipo de suceso, hasta ser una persona con un uniforme especial, pero de la propia franquicia, y compaginar las labores de vigilancia con las de recogida y con un mayor grado de interacción con la gente.
La masificación en tanto que acumulación de personas en la entrada y en el hall de pedido y espera que dificulta o directamente impide el control.
Un fenómeno derivado del propio modelo de autoservicio que dificulta sensiblemente tanto la visión desde el mostrador como el control realizado por parte del personal fuera del mismo. Todos los locales analizados experimentan momentos de masificación, algunos como el McDonald's de forma muy continua y en cualquier momento de la franja horaria estudiada. Una cuestión que no solo depende del flujo de gente en términos cuantitativos o de su concentración temporal en las horas punta, sino también del tamaño y de la propia configuración espacial de los establecimientos. Por ejemplo, en el Burger King, al ser tan pequeña su zona de entrada y su hall de pedido y espera, este efecto se genera también constantemente aunque el flujo de personas parezca menor, impidiendo el control desde el mostrador del acceso a las escaleras que llevan al salón-comedor y a los aseos situados en la primera planta.
La organización espacial de los usos y de las circulaciones desde la perspectiva de la capacidad de control desde el mostrador.
Las condiciones arquitectónicas y la distribución de los distintos espacios fundamentales que componen el modelo autoservicio en relación a los usos públicos (mostrador, hall de pedido y espera, salón-comedor y aseos) son también un factor de gran relevancia, ya que condicionan sensiblemente la aparición de usos informales desde la perspectiva de las posibilidades de control: hay casos en los que la disposición de los mostradores impide la visión directa de los espacios estanciales o de las circulaciones internas, casos en los que el paso junto al mostrador es necesario para acceder a los aseos o al salón-comedor, casos en los que la situación de las escaleras junto a la puerta de entrada facilita el acceso directo a los aseos sin necesidad de recorrer el resto del local, casos en los que los espacios estanciales son completamente independientes por estar en otras plantas o separados por muros, etc.
En este sentido, es necesario mencionar que los casos estudiados son todos establecimientos situados en bajos comerciales de edificios preexistentes, por lo que las limitaciones de partida condicionan mucho el diseño de los espacios y circulaciones, no pudiendo desplegar en toda su dimensión la arquitectura genérica y profundamente estudiada que caracteriza a estas franquicias cuando construyen sus propios edificios.
Como se puede observar en los gráficos incluidos en el documento final, estos tres parámetros difieren en cada caso, no son genéricos, ni siquiera a nivel franquicia, ya que en cada local pueden variar según las características de partida y las decisiones de diseño y gestión que adopte la persona o empresa franquiciada.
Por ejemplo, los aseos que parecen más utilizados sin consumir son los del McDonald's, los del Burger King y los de Starbucks, los dos primeros con una configuración espacial que facilita la entrada directa hacia las escaleras que les dan acceso y el tercero con la obligatoriedad de pasar junto al mostrador, pero con una política de gestión o una incapacidad de control por los otros motivos señalados que igualmente lo permite.
SOBRE LA "ACCESIBILIDAD UNIVERSAL EXPANDIDA"
Dos casos concretos observados durante el trabajo de campo pueden ser útiles para pensar la cuestión de la accesibilidad en estos establecimientos en comparación a otros:
Por una parte, el caso de un hombre mayor, de unos setenta años, al que se siguió durante su recorrido pidiendo limosna por el entorno de la Sagrada Familia. Durante veinte minutos, el hombre fue pidiendo una ayuda en todas las terrazas por las que pasó en el carrer de Provença, el de Sardenya y la plaça de la Sagrada Família, pero solo entró en el interior de los locales de franquicias con sistema de autoservicio, tanto de origen extranjero como local (en esta ruta en concreto: en McDonald's, 365, Buenas Migas y Starbucks). Aunque pasó por seis locales de hostelería más, todos salvo el Subway con gente en su interior, solo entró en esos cuatro.
Por otra parte, el caso de otro hombre mayor, de unos sesenta años, que se desplaza con muletas porque le falta una pierna y que en dos días consecutivos y sobre la misma hora entró en el Burger King, fue al aseo (situado en la primera planta) y salió del local hacia la boca de metro. El primer día subió y bajó por la escaleras con un esfuerzo considerable y el segundo subió por las escaleras y al empezar a bajar lo avisó una trabajadora, le dijo que podía bajar en el elevador y así hizo. Es perfectamente entendible que esta persona no conociera la existencia de varios aseos públicos colocados esos días a pocos metros por la celebración de la Festa Major del barrio, o que también desconozca el mapa de baños públicos de Barcelona, pero es difícil que no viera o supiera que a menos de 50 metros de la entrada del Burger King hay dos locales, un bar y un restaurante, cuyos aseos están en la cota de la calle y son mucho más accesibles en términos de "accesibilidad universal".
Desde la perspectiva de estas dos personas, parece que estos establecimientos tienen una serie de características que les sugieren la posibilidad de entrar de una forma cotidiana a pedir limosna o al aseo sin consumir, es decir, identifican en ellos una especie de "accesibilidad universal expandida" que no encuentran en otro tipo de lugares.
Esta accesibilidad se materializa, por una parte, a partir de las tres cuestiones mencionadas anteriormente:
La concreción del modelo de autoservicio en base al concepto de mostrador-frontera, una cuestión que se reafirma o se limita en función del papel que asume el personal fuera del mostrador y de la política de gestión y control del espacio, que puede ser más o menos permisiva o restrictiva con cada una de las actividades informales identificadas.
La masificación como acontecimiento dinámico propio del modelo de autoservicio que dificulta o directamente impide el control del espacio por momentos.
Y la distribución de los diferentes espacios funcionales y de las circulaciones desde la perspectiva de la capacidad de control que promueven o limitan.
Además de estas tres cuestiones, la accesibilidad de estos lugares es posible que también esté relacionada con otra condición de la que por ahora solo se puede hablar en términos de hipótesis, ya que no se ha estudiado lo suficiente (ni tenemos claro cómo hacerlo): la cuestión de las cualidades propias de lo genérico.
SOBRE LA IDENTIDAD GENÉRICA
La definición de lo genérico como identidad se puede abordar desde la idea de impersonalidad derivada de la condición global de estos espacios, lo que hace emerger una percepción de desapego implícito y de alejamiento de la responsabilidad por el hecho de pertenecer a una marca transnacional (es decir, que no es, o que no parece ser, el bar de Montse o de Manolo). Además, esta impersonalidad se reafirma a través del factor humano, también despersonalizado por la importante rotación del personal (tanto en términos del sistema de turnos variables como de los cambios de trabajo derivados de su dureza y condiciones salariales) y actualmente en proceso de una mayor despersonalización por la creciente introducción de los kioscos digitales de pedido y las aplicaciones móviles. ¿No es esta impersonalidad de la identidad genérica (a la que se comenzó a atender desde la arquitectura tras la lectura de la ciudad que hizo Koolhaas en los noventa) lo que aproxima a estos lugares a definiciones clásicas y difusas tanto de lo público como de lo común (del tipo "lo que es de todos y no es de nadie")?
Si se piensa en términos de intensidad, la identidad genérica de los espacios globales es simultáneamente fuerte y débil o inexistente. Por una parte, solo puede ser entendida como una identidad muy fuerte, en tanto la condición de localidad de estos espacios se basa en su reconocimiento como algo local desde la perspectiva de quien no está siendo local en ese momento (la condición de "embajada" o "consulado" vivida desde las múltiples declinaciones del turismo y la movilidad internacional contemporánea). Un reconocimiento que opera además muy rápido. No es sorprendente el alcance simbólico en este sentido de McDonald's, una de las iconografías más reconocidas del mundo, pero es significativo que durante el trabajo de campo se escuchara tres veces y en tres idiomas diferentes el comentario-chiste "somos X guys yendo al Five Guys", en relación a una franquicia que no salió de EE. UU. hasta 2010 y apenas lleva diez años en Europa.
Por otra parte, también puede percibirse como una identidad aparentemente muy débil o incluso como una desaparición de la identidad, ya que se trata de espacios que solo parecen apelar a lo masivo, lo ordinario o lo uniforme, a una simple ultraracionalidad supuestamente sin carácter ni significado más allá de la materialización del capitalismo y que, por lo tanto, también puede ser sentida como alienante o como extraña y desvinculada de todo territorio (de ahí el debate de las últimas décadas en torno al discutible* concepto de no lugar). Esta condición de debilidad o inexistencia de una identidad local abre a su vez la posibilidad de dos vivencias diferentes, pues si bien se puede entender esa supuesta falta como una oportunidad para territorializar un lugar percibido como vacío o tierra de nadie y, por lo tanto, expectante (como un descampado), también se puede entender como una falta liberadora que, desde la potencia del parecer no lugar, puede hacer alcanzable el anonimato en la ciudad-mundo, permitiendo devenir nadie o imperceptible, que es lo importante al fin y al cabo para las prácticas informales: poder entrar y parecer un alguien más y, a partir de ahí, utilizar sin la mediación del consumo los servicios y condiciones que ofrezca cada establecimiento.
* El término no lugar es muy discutible porque, en nuestra opinión, es un oxímoron, ya que no puede aplicarse a ningún espacio humano. Sin embargo, el debate y la multiplicidad de respuestas, tanto críticas como complacientes, que ha generado el concepto lo han convertido en un término relativamente útil para pensar sobre las condiciones de algunas de las urbanidades contemporáneas o, al menos, útil en tanto se entienda simplemente como una primera fase de una ampliación conceptual que se detecta como necesaria, es decir, si se entiende el "no", no como la negación de la existencia y funcionamiento como lugares de los espacios que así se describen, sino como una afirmación en formato provisional de la falta de una denominación o de un adjetivo que describa su singularidad.
Aunque la aparición de las redes sociales y de numerosas plataformas digitales de recopilación de datos han transformado por completo la forma de producción de memoria urbana en el siglo XXI, esta debilidad de la identidad genérica también se puede percibir, al menos en el ámbito de estudio de la Sagrada Familia, en términos de ahistoricidad e incapacidad para generar memoria. Así, una cuestión muy significativa detectada durante el trabajo de campo fue la dificultad para obtener información sobre el pasado del ámbito a partir de testimonios del personal (incluso de las personas responsables) de los establecimientos analizados y del resto de locales que se sitúan alrededor de la basílica, pues la constante rotación de las plantillas de trabajadores y de las propias gerencias de los establecimientos, desde la conversión del ámbito en un enclave turístico global, hace que las recuerdos se fragmenten y la memoria colectiva se diluya.
Si la intensidad de esta identidad genérica puede ser leída como fuerte, débil e incluso inexistente, la cuestión de lo local y lo global que sobrevuela su definición también merece un análisis que ayude a describir las consecuencias materiales de estos términos. Básicamente, en tanto son espacios, son locales y concretos (decir espacios globales es decir locales globales), mientras que en tanto son globales (múltiples y distribuidos por el mundo), tienden a ser una idea o abstracción, un contexto, una característica que difícilmente puede ser inocua. Así, una parte de esa "accesibilidad universal expandida", que se vive siempre como algo totalmente local, es posible que se deba a su condición de global.
El análisis de estos lugares también es interesante desde la perspectiva de los conceptos de diferencia y repetición, ya que los espacios globales son simultáneamente ambos. Por una parte, son una repetición, por supuesto con mil matices y derivas diferenciadoras, ya que son una copia imposible por su condición siempre local en términos de espacio y de tiempo (es decir, como en su sentido deleuziano, son una repetición que implica diferencia y unicidad en cada copia). Por otra parte, son también una diferencia en sí con respecto al resto de los espacios con una supuesta identidad local. Una diferencia que solo podría ser entendida como parte de la diversidad y de la riqueza urbana si no fuera porque a estas alturas, dentro del capitalismo mundial integrado del que todos forman parte, no se sabe aún cuál es el límite de su capacidad de expansión y colonización del mundo. Ni siquiera se conoce, porque tampoco ha sido un tema de interés y no se ha intentado saber, cuál es el límite a partir del cual la repetición deja de ser diferencia en términos locales y se rompe así la condición virtuosa del fenómeno. ¿Desde qué escala (manzana, barrio, distrito, municipio, área metropolitana, región urbana) se debe analizar la ultraespecialización que ha supuesto la multiplicación de estos establecimientos* desde los años noventa en el entorno inmediato de la Sagrada Familia? ¿Esa diferencia original que conlleva cada repetición tiende a ser más o menos diferencia con el paso del tiempo? ¿Hasta qué punto convergen la diferencia en sí con la emergencia de una identidad local? ¿En estos términos de diferencia-repetición, cómo se sitúan en relación a otros procesos de globalización como la declaración como Patrimonio de la Humanidad de la fachada del Nacimiento y de la cripta del templo de la Sagrada Familia?
* Aunque no ha sido el objeto de esta microinvestigación, es necesario señalar que les vecines del barrio llevan ya años criticando la saturación funcional y los conflictos de convivencia generados por el recibimiento de decenas de miles de visitantes al día. Los locales analizados, por supuesto, forman parte de la maquinaria de la industria turística alrededor de la Sagrada Familia, por lo que su impacto urbano, además de en términos teóricos, podría ser analizado desde la perspectiva concreta de los cambios introducidos en el ámbito a partir del estudio de las actividades existentes previamente a su consolidación como enclave turístico global.
Todos estos acercamientos teóricos conviven, por supuesto, con la posibilidad de vivir estos espacios como un lugar sin más, es decir, esta condición de espacios globales y genéricos, y las posibles consecuencias que de ella se deriven, solo se ha comenzado a analizar en relación a determinadas formas de uso. Y solo pensando en cinco de los tipos de agentes identificados en los establecimientos visitados (las personas que trabajan en ellos, las repartidoras a domicilio que pasan allí y en sus alrededores varias horas cada día, las turistas que solo van a ir una vez en la vida, las vecinas que los frecuentan regularmente y las que protagonizan las prácticas informales detectadas), ya se puede imaginar una complejidad social irreductible en términos de su relación con estos conceptos de identidad genérica, local-global o diferencia-repetición. Siempre pueden ser vividos como un espacio urbano más, como simples lugares donde todo lo humano puede suceder y donde las herramientas que proporcionan ideas como la ciudad genérica de Koolhaas, el no lugar de Augé o el tercer lugar de Oldenburg son muy útiles para contextualizar prácticas concretas, pero difícilmente para dar cuenta de toda su complejidad en tanto que espacios urbanos contemporáneos.
Aunque no está claro si estas cuestiones teóricas son una condición material más, si tienen efectos concretos y ejemplificables como los otros tres elementos identificados o si son más bien una metacategoría que los explica y les da contexto, sin duda estos temas seguirán siendo objeto de análisis en próximos avances de este proyecto sobre los espacios globales. Por ejemplo, se podría abordar su comparación con otros dos fenómenos con los que comparten características relevantes:
Por una parte, habría que analizar las diferencias entre la globalización que representan estas franquicias transnacionales de origen norteamericano con un alto grado de organización e integración en un sistema unitario y la que implican otros casos como los kebab turcos y de otros países asiáticos, las pizzerías italianas o los restaurantes chinos, espacios que aún siendo independientes entre sí acaban teniendo unas características y una distribución similar en las ciudades, pero no otras de las condiciones observadas en los primeros.
Por otra parte, habría que analizar las diferencias entre estos establecimientos y otras franquicias más locales o de ámbito nacional también muy expandidas, ya que en realidad muchas de ellas han adoptado sus características genéricas en relación al modelo de autoservicio en términos espaciales y de gestión.
SOBRE UN NUEVO COLECTIVO CON GRAN IMPACTO EN LA URBANIDAD CONTEMPORÁNEA
Por último, en relación a los usos informales es muy significativo un fenómeno que ha ido adquiriendo una gran relevancia a nivel urbano en los últimos años: la aparición de les riders o trabajadores del reparto a domicilio como una nueva figura que está transformando la vida urbana en general y ámbitos como el de la Sagrada Familia en particular, ya que se han convertido en uno de los actores más visibles en el interior y en los alrededores de los establecimientos de comida rápida, sobre todo en entornos donde existe una concentración de estos locales.
En el caso de la Sagrada Familia, en el carrer de Provença y especialmente en su encuentro con el carrer de Sardenya, es constante la presencia de esta comunidad y de su paisaje de bicicletas, motos y mochilas de empresas como Glovo, Just Eat, Uber Eats o Stuart. Un nuevo actor urbano relevante que ya está siendo estudiado desde algunas universidades y cuyas formas de territorialización de espacios públicos y privados en la ciudad contemporánea son dignas del máximo interés. En este caso, en relación a los usos informales identificados y de los que por supuesto participan, son un colectivo que se encuentra de alguna manera en un limbo, ya que hacen uso de los establecimientos y de sus instalaciones como si fueran una parte expandida de su plantilla aunque sean la parte precarizada de la economía de plataformas.
En este sentido, se desconocen las diferentes políticas de relación que establecen las propias franquicias con les riders, pues aunque en este caso no se ha estudiado en profundidad esta cuestión, se tiene constancia* de que hay establecimientos en otros lugares en los que no se les deja entrar al aseo, esperar sentades en el interior o pedir un vaso de agua. Durante el trabajo de campo solo se observó a este colectivo en el caso del McDonald's, el establecimiento de este tipo más cercano al punto de mayor concentración de riders en los alrededores de la Sagrada Familia, y lo que se vió es que les riders utilizaban los aseos y el mobiliario de la terraza con completa normalidad y las sillas y mesas interiores en menor medida.
* A través de una conversación con Carlos Diz, profesor de la Universidad de A Coruña e investigador en el proyecto Riders's way of life - Análisis etnográfico del día a día de los riders en entornos urbanos (2021-2024).
Por último, no se dispone del conocimiento necesario para describir la intensidad de la relaciones sociales entre les riders y el personal laboral de los establecimientos analizados, aunque cuestiones como la rotación de ambos colectivos en términos de turnos y trabajos y, sobre todo, el ritmo sin pausa en muchos de los casos mientras se está trabajando, seguramente limiten muchísimo las posibilidades de relación, al menos en comparación a los vínculos internos que se producen entre la propia comunidad rider. Sería interesantísimo estudiar cómo cambia ese grado de relación (amistosa, afectiva, sindical, etc.) según qué políticas de relación con les riders apliquen los establecimientos y cómo sea la configuración arquitectónica y urbana de los espacios donde se producen esas relaciones.
AGRADECIMIENTOS
- A Enric Villavieja Martínez, al que conocemos porque forma parte del equipo de un proyecto de investigación en el que estamos colaborando (Metromix), por ser el único participante en las jornadas y ayudarnos a entender las dinámicas del ámbito en torno a la Sagrada Familia y de Barcelona en general.
- Al personal de la Biblioteca Fort Pienc, especialmente a su directora Mont Sureda i Romero, por su enorme amabilidad y disposición para ayudar a que las jornadas se desarrollasen de la mejor manera posible.
- Al Model - Festival de Arquitecturas de Barcelona 2023, por abrir una convocatoria pública como +Model en la que poder presentar pequeños proyectos de forma libre y proporcionar una financiación para llevarlos a cabo (1.000,00 €).